Forwards: John Barclay (Glasgow), Johnnie Beattie (Glasgow), Kelly Brown (Glasgow), Alasdair Dickinson (Gloucester), Ross Ford (Edinburgh), Richie Gray (Glasgow), Dougie Hall (Glasgow), Jim Hamilton (Edinburgh), Nathan Hines (Leinster), Allan Jacobsen (Edinburgh), Alastair Kellock (Glasgow), Scott Lawson (Gloucester), Moray Low (Glasgow), Alan MacDonald (Edinburgh), Euan Murray (Northampton), Alasdair Strokosch (Gloucester).
En Escocia lo han llamado la Revolución Robinson, mientras que el ex seleccionador de Inglaterra y entrenador de Bath prefiere hablar de "la teoría del caos". Titulares ambos grandiclocuentes para explicar la transformación de una selección que en los test de otoño ha tumbado a Fidji y Australia, primera vez en 27 años, con diez cambios en el equipo titular.
En delantera hay que sumar dos variables: el natural talento para los agrupamientos que tienen los escoceses en el ADN y el conocimiento de este ámbito que posee Andy Robinson. Australia puede dar constancia de ello. Los caledonios dieron un recital en el partido ante los wallabies de cómo trabajar los mauls. Las melés son especialidad de la casa y arriba son correctos, con un Ross Ford cantando los códigos. Si Escocia consigue llevar los partidos al juego cerrado, esconde la almendra en la melé o ata en corto el juego, los rivales lo pasarán mal. Contra lo que se pueda pensar, su delantera es la menos pesada: Allan Jacobsen (117), Ross Ford (115), Moray Low (115), Nathan Hines (116), Alastair Kellock (115), 6 Alasdair Strokosch (98), John Barclay (95), Johnnie Beattie (106): 877. Por los 920 de Gales, 914 de Inglaterra, 891 de Irlanda, 886 de Francia y 885 de Italia. Sin embargo, en su front row ninguno baja de 115, lo que es para tener en cuenta. Andy Robinson, que se ha comprado un piso en Edimburgo para trabajar más cómodamente (su familia vive en Bath), ha hablado de disciplina, de guerreros, de trabajo y sacrificio.
Backs: Chris Cusiter (Glasgow), Simon Danielli (Ulster), Nick De Luca (Edinburgh), Max Evans (Glasgow), Thom Evans (Glasgow), Phil Godman (Edinburgh), Alex Grove (Worcester), Ruaridh Jackson (Glasgow), Sean Lamont (Scarlets), Rory Lawson (Gloucester), Graeme Morrison (Glasgow), Dan Parks (Glasgow), Chris Paterson (Edinburgh), Hugo Southwell (Stade Français).
El juego de un equipo que ata en corto los prtidos pasa por la cabeza y las manos de su smedios. Con Blair lesionado, Cusiter será el 9 y Phil Goldman el 10. Un apertura práctico, inteligente, y que a diferencia de Parks (un 10 puro escocés, templar y patear), no tiene problemas en arrancarse en carrera si encuentra ocasión. Y eso estando Robinson en el banquillo, es un plus muy valorado. Ojo a Ruaridh Jackson, al que señalan como sustituto de Parks en Edimburgo. Y atrás, por fin, parece que hay un plan. Los Lamont se han puesto las pilas y mientras Rory espera al fondo del pasillo, Sean aparecerá por el carril abierto, ocupando Danielli (buena temporada en Ulster) el cerrado. La pareja de centros ha dado un espléndido resultado ante fidjianos y australianos. A los primeros les supieron buscar las cosquillas y a los segundos los defendieron con uñas y dientes en su 22. Parecen más fiables defensivamente que versátiles en ataque: dos ensayos en tres partidos. Y en el banquillo gente tan notable como Paterson, De Luca o Evans, un proyecto de gran jugador. Robinson sostiene que hay selecciones que mejoran en partidos caóticos y Escocia es una. Pesca en aguas revueltas y eso es lo que quiere: atar los partidos adelante y desatarlos atrás. Es decir, jugar con su delantera y dominar los partidos hasta desesperar a los rivales y obligarles a patear presionados para que sus tres cuartos jueguen con balones recuperados sorprendiendo. Los resultados con Escocia son cortos, como ejemplo el 6-9 ante Argentina o el 9-8 con Australia. Viajarán a Italia, presumiblemente a jugarse la cuchara de madera, pero cuidado que Inglaterra visita Murrayfield.
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