dimarts, 2 de febrer del 2010

Previa VI Nacions: França

Forwards: Thomas Domingo (Clermont), Luc Ducalcon (Castres), Sylvain Marconnet (Stade Français), Nicolas Mas (Perpignan), William Servat (Stade Toulousain), Dimitri Szarzewski (Stade Français), Sébastien Chabal (Racing Metro), Romain Millo-Chulski (Stade Toulousain), Lionel Nallet (Racing Metro), Pascal Papé (Stade Français), Julien Bonnaire (Clermont), Thierry Dussautoir (Stade Toulousain), Imanol Harinordoquy (Biarritz), Alexandre Lapandry (Clermont), Fulgence Ouedraogo (Montpellier), Louis Picamoles (Stade Toulousain)

Hace tiempo que en Francia se maneja la teoría de que sin una delantera dominadora no se puede ganar un Mundial. Una hipótesis difícilmente rebatible, pero que no implica obligatoriamente que su juego deba estar absolutamente condicionado por el pack. Bernard Laporte entendía que sí y Lievremont parece haberlo acatado también. Francia presenta ahora un paquete capaz de pasar por encima a la mejor delantera del mundo, Suráfrica, para ser luego aniquilada por la continuidad de los All Blacks. Sin embargo, el jugador más impactante de los test de otoño, Fabien Barcella, el hombre que giraba él solo las melés rivales, está lesionado. Didier Retiere, (en la imagen superior), entrenador de delanteros y pillier con carrera militar que jugó 15 temporadas en divisiones menores, ha hecho hincapié en el cuerpo a cuerpo. El calendario les sonríe (Irlanda e Inglaterra en casa). Pero su habitual inconsistencia (tumban a Suráfrica y son laminados por Nueva Zelanda) les hace seguir siendo "previsiblemente imprevisibles".

Francia presenta la tercera más dinámica (Picamoles, Ouedraogo y Dusatoir) con permiso de la irlandesa, pero en su segunda línea ofrece dudas con un Chabal (baja ante Escocia) mucho más efectivo como revulsivo en la segundas partes, un Nallet veterano y Millo Chluski que se pierde el arranque por lesión. Es el talón de Aquiles del gallo, si pensamos en los rivales que se encontrará en el camino hacia el título Mundial. Gente como Matfield o Botha, el kiwi Brad Thorn, el inglés Simon Shaw o los irlandeses O'Conell y O'Callaghan. Y si Barcella es una baja capital, la de Dupuy sólo se puede calificar de trascendental. El hombre sobre el que pivota la nueva Francia, su juego corto, su pateo y su inteligencia táctica.

Backs : Jean-Baptiste Elissalde (Stade Toulousain), Morgan Parra (Clermont), Benjamin Boyet (Bourgoin), François Trinh-Duc (Montpellier), Mathieu Bastareaud (Stade Français), Fabrice Estebanez (Brive), David Marty (Perpignan), Yannick Jauzion (Stade Toulousain), Vincent Clerc (Stade Toulousain), Benjamin Fall (Bayonne), Julien Malzieu (Clermont), Aurelien Rougerie (Clermont), Alexis Palisson (Brive), Clement Poitrenaud (Stade Toulousain).

La ausencia de Dupuy hipoteca el esquema de juego galo. A su lado los aperturas juegan un papel secundario. Tanto que se especuló con la opción de que Lievremont cambiase el esttilo de juego dando paso a un 10 creativo e intervencionista como Michalak, pero al final parece que Elissalde se disfrazará de Dupuy y llevará el peso del juego y las decisiones. Este posicionamiento que lleva a priorizar el juego de delantera ha convertido a Francia en una selección cuyos tres cuartos juegan a la contra y poco más. Su producción ofensiva ha descendido alarmantemente, no exhiben el caudal de juego de ataque que se les presupone. Los jugadores del tipo Blanco, Sella o Saint André (años 80, puro champagne) han dado paso a especialistas como el finalizador Clerc, el búfalo Bastareud o el jugón Rouguerie. Jugadores con más ensayos en su cintura que rugby en su cabeza.

En el baile de zagueros esta vez le toca a Poitrenaud y se quedan fuera Heymans y Maxime Medard, aunque la gran noticia es la ausencia de Lionel Beauxis, que había sido un habitual en el puesto de apertura e incluso en alguna ocasión jugó de zaguero. Decisiones cuanto menos sorprendentes, que dan la sensación de provisionalidad a falta de 18 meses para la disputa del Mundial.